Sin casco, carente de chaleco que te proteja y con las manos libres, te lanzas en solitario, sin temores, con alguna duda y la conciencia desnuda de prejuicios, a la corriente de sentimientos que circula ahora por tu vida. Abres la puerta de tu corazón y escuchas el chirrido del tiempo que la mantuvo cerrada. Una cálida luz ilumina tu alma. Con asombro e incredulidad te asomas a tu interior para sentir la inesperada y entrañable aventura que vives ahora en esta fascinante etapa de tu vida.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
lunes, 15 de octubre de 2012
En la corriente.
Sin casco, carente de chaleco que te proteja y con las manos libres, te lanzas en solitario, sin temores, con alguna duda y la conciencia desnuda de prejuicios, a la corriente de sentimientos que circula ahora por tu vida. Abres la puerta de tu corazón y escuchas el chirrido del tiempo que la mantuvo cerrada. Una cálida luz ilumina tu alma. Con asombro e incredulidad te asomas a tu interior para sentir la inesperada y entrañable aventura que vives ahora en esta fascinante etapa de tu vida.
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