Paseando, una tarde de otoño, por las calles de un pueblo de Sur, pudimos contemplar, sentir y captar la "cálida luz", de la que hemos hablado en otras ocasiones, iluminando el reloj del ayuntamiento y alumbrando "nuestro tiempo".
En este ocasión, no ocurre en todas, la fotografía refleja perfectamente esa luz tal y cómo iluminaba el final de la tarde, una tranquila tarde de introspección.
Es la luz dorada que intentamos transmitirte para que ilumine tu alma, y es la luz que perseguimos constantemente, en nuestras navegaciones, buscando el faro que ilumine, por fin, nuestros sueños en medio de una tenue niebla gris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario