Recuerdos hieren por dentro
tras la tormenta,
un aire que nos cambia:
fuimos y ya no somos,
sin reconocernos.
Extraños después de tanto tiempo,
juntos y tan lejos,
planetas divergentes
que huyen en el universo.
Arrugas en el alma
oxidada de lágrimas,
lluvia triste de invierno
empapa muestras miradas.
Un viento gélido
congela el instante,
hielo gris ahumado
se oculta bajo la nieve.
Saltamos al vacío,
sin nada a la espalda,
y se abre la esperanza
mientras caemos del cielo.
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