Como ausente, fantasma entre paredes de colores, deambulo en silencio, callado, de un vacío a otro, sin expresar ninguna emoción, ningún sentimiento.
Innecesario, inútil de tanto desaparecer, escucho el eco de palabras oscuras que todavía resuenan en la bóveda de mi memoria.
Y continúo en silencio, como ausente, perdido en un tiempo muerto, gris, esperando que llegue un viento cálido de primavera y arrastre la ceniza que cubre mi alma.
Sé que hace tiempo dejé de hacer falta aquí, que mi presencia era innecesaria e hiriente, pero me cuesta huir hacia adelante dejando atrás las huellas de mi ausencia.
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