Ramón, en nuestro camino, como en la vida, surgen dificultades, túneles estrechos y complicados que debemos atravesar, ineludiblemente, para seguir progresando, poco a poco, en nuestra trayectoria personal.
Las dudas, los miedos y la incertidumbre nos paralizan en un primer momento, pero respiramos hondo y nos lanzamos a la aventura asumiendo los riesgos de estar vivos.
Mientras atravesamos este angosto pasadizo miramos siempre hacia adelante guiados por la luz de la salida. Y la encontramos, felizmente y en compañía, devolviéndonos una sonrisa que alivia la tensión y el esfuerzo empleados.
Celebramos tímidamente nuestros éxitos y aprendemos de nuestros fracasos, dispuestos a continuar caminando y descubriendo, a cada momento, nuestros paisajes internos.
¡Feliz camino!