Se acerca el día, el momento, de la despedida. Marcháis a otra aventura para continuar con vuestra magnífica labor, aquí quedamos el resto más anchos pero con un gran vacío interior después de tantos años compartiendo simpatías y vida.
Normalmente recelamos de los cambios pero cuando éstos son inevitables tan sólo nos queda mirar hacia adelante con decisión.
Sé que habéis trabajado duro y para mí ha sido un placer colaborar con vosotros. He intentado ayudaros en todo aquello que me habéis planteado, disculpad si en algún momento no he estado a vuestra altura.
Deseo que os integréis perfectamente en vuestra nueva casa y sabed que podéis contar conmigo para cualquier asunto profesional o personal. Nos veremos y recordaremos tiempos pasados, espero que no sean mejores que los que ahora comienzan.
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