Hay otras maneras de navegar más sencillas, sin GPS ni
artilugios electrónicos, con la visión de unos ojos que escrutan el horizonte
desde la proa de algunos intrépidos veleros. Y si tropiezas con ellos en alta
mar, o atracados en cualquier puerto, te contarán, con su intensa mirada, grandes
aventuras azules, tan fascinantes como los ojos de aquella misteriosa mujer.
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