Bendita rutina, decía mi amigo, y bendita tú entre todas las
mujeres, digo yo. Y girando elípticamente alrededor del Sol vamos cerrando y
abriendo años, cada uno desde la raya que considera como punto de partida para
regresar siempre al mismo sitio un tiempo después. Y después de todo lo vivido
aquel verano, que ya pasó, recordamos los gratos momentos y dejamos en el fondo
de nuestra memoria, para el olvido, aquello que no merece la pena recordar.
Otoñalmente nos toca vivir ahora para construir nuevos recuerdos que el viento
arrastrará a ras del suelo alfombrando nuestro camino.
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