Con puntal retraso llegaron
juntos a su primera y última cena romántica. "Libre te quiero libre y
libremente te quiero" le dijo mientras brindaban mirándose a los ojos.
Lágrimas de emoción contenida apagaron la llama que mantenía encendida la pasión.
Todo resultó ser verdaderamente falso y a partir de entonces no dejaron nunca
de amarse.
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