martes, 16 de junio de 2015

En la bodega.


Tiene, cualquier antigua bodega, un aire húmedo y silencioso que recuerda el ambiente de misterio y recogimiento de cualquier iglesia románica. Una luz oscura, aromas de madera bañada en vino, orden, limpieza y mucha paz, nos transportan al interior de nosotros mismos. Luego vendrá la cata para sentirnos divinamente humanos.

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