Una sombra que se arrastra. Que
huye del árbol que la proyecta. Que busca una pared para levantarse. Que la encuentra.
Que agarrándose fuertemente con sus ramas secas consigue ponerse de pie. Que ahora
ya no es sólo una sombra, sino un árbol más. Algunos pájaros vienen a posarse
en él, sin percatarse de lo imposible de su empeño. Un perro levanta la pata y
orina en el tronco, manchando la pared. Y un intrépido grafitero, atento a todo
lo que ven sus ojos, dispara un bote de pintura aerosolada, utilizando la
sombra como plantilla, y consigue transmutarla definitivamente en árbol.
¡Cuidado con las sombras!
1 comentario:
Está claro .... pero hablamos de poesia ¿ o no ?..
Continúo?
... "Quizas la perfección no se completa sin olvidar ..."
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