Unos relámpagos me despertaron
hace unos minutos e iluminaron la noche, luego llegaron los truenos rasgando el
silencio y detrás la lluvia cayendo con entusiasmo. No estabas aquí, conmigo,
pero estaba tu recuerdo y creo que también tu espíritu. Ahora todo está
tranquilo otra vez, pasó la tormenta y regresó la paz de la noche. Sigue
durmiendo, donde quiera que estés, que yo velaré tus sueños.
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