A veces es mejor irse y no
volver. Ni revolver. Dejarlo todo tal cual. Cuando la relación es buena, es
triste. Aunque puede ser buena para uno y no para otro. Lo ideal es que sea
buena para ambos, pero si no es así, es cierto: es mejor irse y no volver. Siempre
regresamos al mismo lugar, al punto de partida donde todo comienza y termina.
Volver sin resolver nada porque nada es para siempre, salvo el amor que,
afortunadamente, es eterno.
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