Todavía con la cama humeante de
pasión supo, por medio de ese sexto sentido propio de casi toda mujer, que
aquello llegaba a su fin, que ya no volvería a arder a su lado. ¿Cuál fue la
señal que despejó sus dudas? Quizás un pequeño gesto o una palabra perdida en
mitad de la noche, quién sabe.
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