No fui yo hombre de rebaño ni pastor
de nadie. Siempre he ido por caminos más agrestes y menos concurridos. Mantener
un espíritu libre e independiente aleja de compañías acomodadas. Solo, puedo
llegar a los mismos sitios e incluso a otros más elevados. Allí las vistas
adquieren otra perspectiva y el aire suele estar más limpio. Pero me gusta
contemplar el orden y la disciplina de un rebaño de ovejas que se mueve como si
fuese sólo una, un pastor y unos perros hacen de guía.
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