De tanto mirar al cielo aprendió
a leer las nubes, señales de vapor del tiempo venidero. A veces corren movidas
por un viento inquieto, otras se estancan sobre nuestras cabezas. Grandes y
pequeñas, blancas, grises, azules, rosas y negras. Cada una cuenta una historia
y todas juntas riegan la tierra.
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