Érase una vez como en los
cuentos, érase una vez, una niña de imperiales ancestros, de hermosísima tez.
Hija única, a la que aman tanto, siempre en todo bella, como la Virgen entre
los santos y la luna entre las estrellas. Desde las sombras celestiales sus
pasos allá la llevan, a las ventanas, en las cuales el lucero la espera. Mira
hacia el mar en el ocaso, cómo aparece y luce, cómo con sinuosos pasos barcos
negros conduce. Lo ve hoy, lo ve mañana, es así como el deseo brota. Y al verla
tantas semanas, él de ella se enamora. Como ella apoya en sus palmas, para
soñar, sus sienes, él llena de amor su alma y su corazón tiene. De qué forma él
se ilumina cada nuevo atardecer, cuando hacia el negro castillo mira y ve a su
amada aparecer. Mihai Eminescu (1850-1889). Probablemente el poeta rumano más
conocido.
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