sábado, 28 de septiembre de 2019

Zaherida y humillada


De tu historia de novia zaherida y esposa humillada aprendí a quererte un poco más de lo que hasta ese relato sentía. Solidario amor, protector frente a la afrenta de otras dos enamoradas almas. Infame triángulo que por ti hubiera cortado con mi afilada espada para, por fin, liberarte de tan pesada carga. El tiempo no vuelve atrás, siempre avanza, y el destino estaba ahí esperando a que un día me encontraras.

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