Quiso destruir y destruyó las
pruebas de aquel amor apasionado: cartas, fotografías, objetos, regalos...
pensando, quizá por miedo o por prudencia, que sin pruebas desaparecería todo
aquello que vivió en aquella maravillosa etapa de su vida. Pero, inconscientemente,
el recuerdo regresaba de vez en cuando y tocaba a las puertas de su corazón
queriendo entrar y llenar ese gran vacío de amor y de olvido que la acompañaba.
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