De la sombra de tu sombrero nace
el recuerdo. Olvidado hilo blanco que aquel verano coronó tu rubia melena.
Ahora, cuando lo miro, colgado donde lo dejaste, me ciega la luz de tus ojos
desaparecidos y me quema el fuego de la pasión perdida. Ahí está, esperando que
regreses algún día.
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