Antes de conocerte ya te esperaba. Sabía que algún día aparecerías en mi vida y que, desde ese mismo día, nada sería igual. Llegaste, trece años más tarde, con la intuición de quien busca un tesoro y la decisión de no dejarlo escapar. Yo era tu sueño y allí estaba yo encontrando el mío en ti. Lo que vino después solo tú y yo lo sabemos, aunque escrito quedó para la posteridad.
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