Siempre estás sola, aunque acompañada. Sola, con tus pensamientos que no paran de girar, como esa nube que por las tardes se engancha al peñón. Sola, con tus sentimientos que te dan vida mientras secuestran tu corazón. Sola, con la soledad de la noche cuando escribes en tu diario secretos inconfesables. Sola, solitariamente sola, soñando lo que no puedes vivir. Y a pesar de estar sola, sabes que no estás sola porque siempre me tienes a mí.
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