Fuimos a cruzar La Raya, frontera de España con Portugal, en busca de un pasado común a dos países que comparten historia, tradiciones, costumbres y leyendas. Fue grato aceptar y compartir el café de Mario en Idanha-a-Velha; subir a lo alto del castillo de Monsanto; comer Bacalao Dorado en el restaurante O Raiano, de Penha Garcia, y pasear por las románticas calles de Marvão. No era un cuento, pero lo parecía.
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