Una lluvia de hojas, lenta y persistente, va alfombrando los caminos, tiñendo de ocres y amarillos el paisaje. Poco a poco, desnudos van quedando los árboles, bosques de troncos y ramas, esqueletos sin vida por unos meses. Otoño es tiempo de cambio, olvido de los excesos del verano y antesala del rudo invierno. Momento de reflexión, de hacer balance, de sentir la vida por dentro, de nostalgia y de silencio.
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