Estoy aprendiendo a deslizarme en
ese tiempo que es el tuyo, a entrar en ese mundo donde se para el momento y se
disfruta ese segundo que te mantiene despierto. Me estoy metiendo en tu sueño,
ahora, en mitad de la noche, porque mi dormir ya se ha roto. Quedé dormida en
el momento donde los cuerpos se dejan y la mente se olvida, pero antes quedó
grabada esa despedida, nuestra despedida.
Mi tiempo es el tuyo, vamos al tiempo, al ritmo que marcan las agujas de la vida, que dan vueltas sin parar, señalando las horas desde el primer segundo que me fijé en ti y ya no pude dejar de hacerlo. Creía que era yo, pero has sido tú la que me ha conquistado, sin armas, sin peleas, sin batallas, tan sólo con tu mirada, tu voz, tu sonrisa y tu palabra.
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