Una escalera que conduce al tejado, el vuelo de una golondrina, una silla vacía colgada en la pared y un gato jugándose su penúltima vida. Se enciende la mañana, abro los ojos y echa a volar la imaginación intentando encontrar un mundo diferente, no porque me disguste el que veo sino por ver algo irreal, pero que tenga más sentido.
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