A pesar de las advertencias de quienes nos precedieron, en ocasiones, nos metemos en caminos sin salida pensando que, de alguna manera, la encontraremos. Y la única salida que encontramos es salir de donde nunca debimos entrar. Porque nos va eso de tropezar varias veces en la misma piedra y meternos donde nadie nos llama. Cuesta aprender, pero la vida nos va enseñando.
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