Ahora, las olas llegan mansas a la orilla y acarician la arena. Atrás dejan batallas en alta mar luchando contra vientos, mareas y corrientes marinas, agitando barcos y provocando naufragios. La fuerza del mar, y de la naturaleza en sí, es superior a todas, por eso no debemos confiarnos cuando la observamos con su cara más amable.

No hay comentarios:
Publicar un comentario