“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
miércoles, 18 de noviembre de 2009
martes, 17 de noviembre de 2009
Amando.
Quiero despertar el deseo
En este amanecer helado
Y acariciar tu suave piel
Ahora que estoy a tu lado.
Permite que mi lengua
Hambrienta de amor
Recoja el dulce polen que nace
De las entrañas aromáticas
De tu flor ardiente y deseada.
Disfruto libando la miel
que endulza la zona eréctil de tus pechos
y siento el gozo en tu mirada complacida
que abre la puerta a placeres más cálidos e intensos.
Mis abrazos, mis besos, mis caricias íntimas
Encienden la mecha de tu volcán.
Noto el fuego que nace de tu humedad interior,
Te agitas y siento cuando explotas en gozos multicolores,
y soy feliz porque tu lo eres.
Me acuerdo de ti
Y beso tu cuerpo imaginado.
El amor continúa guiando mi vida,
Que es la tuya.
">
Cae el Sol.
Cae el Sol en el horizonte,
Las recias nubes lejanas, profundas,
Se bañan en los últimos
Destellos anaranjados.
La tarde se marcha en el infinito,
De mano del Sol que la acompaña.
El tiempo en ese instante se detiene,
Reposa, se recrea entusiasmado
En tan fabuloso espectáculo.
Con ellos van mis sentimientos,
Mis deseos perdidos, inquietos,
Mi mundo lejano, distante …
Aquellos amargos recuerdos, hirientes.
Se va la tarde en el horizonte,
Cae el Sol cansado, débil …
Con la incertidumbre de mañana
Y la tristeza del presente,
Cae el Sol en el horizonte.
Descripción.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa.
"Los contables trabajamos con el pasado aunque nuestra visión es de futuro; el presente es tan fugaz que no llegamos a vivirlo, pero lo imaginamos".
El Chema y él.
A veces, cuando levanto la cabeza aturdida de los libros en que escribo las cuentas ajenas y la ausencia de la propia vida, siento una náusea física, que puede ser de inclinarme, pero que trasciende a los números y a la desilsión... Y es entonces cuando siento con visiones claras lo fácil que sería alejarse de este tedio si tuviese la simple fuerza de querer alejarlo de verdad.
Bernado Soares.
Para mi naufraga.
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