viernes, 4 de junio de 2010

Al cálido viento de la sílfide en los llanos del alma.

Quiero escribir este poema,
que brota de mi alma,
para cantar ahora
la nostalgia que siento
cuando en ti pienso
y se altera mi calma.

Llegaste un día de otoño
y mi mente giraba,
cual veleta desorientada,
por los vientos fríos
del perdido destino
y la tristeza cansada.

Cambió mi rumbo al momento
con tu sonrisa de hada
y tu hechizo fraterno.
Se iluminó el futuro,
que oscuro me atenazaba
y amaneció la esperanza.

Quiero aventar este poema,
que de mi corazón brota,
para dejar constancia
de la nostalgia que siento
cuando en ti pienso
y se calma mi alma.


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