miércoles, 30 de marzo de 2011

En el límite.


Existen zonas delicadas en la naturaleza y en las relaciones humanas donde es fácil pasar de la relativa estabilidad al caos absoluto en un instante. Suelen ser zonas fronterizas, límite, que conviene conocer y evitar si queremos conservar nuestra integridad física y emocional.
Si en una discusión acalorada nos adentramos en el terreno minado por disputas sembradas en el pasado corremos el riesgo de pisar una de ellas y saltar por los aires, cargados de reproches, esparciendo nuestros despojos al medio ambiente que nos rodea, contaminándolo todo.
Si alegremente empleamos palabras movedizas, oscuras y enfangadas, para ofender a nuestros interlocutores quedaremos atrapados en ellas para siempre. Máxime si son palabras escritas y publicadas que dejarán constancia permanente de nuestra temeridad.
Si ascendemos con imprudencia hasta el cráter de un volcán que emana odio y gases sulfurosos y no hemos tomado la precaución de cubrir nuestro rostro con la máscara adecuada, inhalaremos esos vapores tóxicos que dañarán gravemente nuestros pulmones y nuestros inquietos corazones.
Si impulsivamente nos lanzamos a un río profundo y revuelto, en zona de remolinos que giran sin cesar con los hirientes asuntos de una enquistada relación, es posible que seamos abducidos al interior y ahogue nuestras tímidas esperanzas de salir a flote.
Si llegamos exhaustos al borde de un espectacular acantilado, con la intención de gozar de las magníficas vistas que nos ofrece, y no valoramos la fuerza del viento que arrastra nuestra ira, cambiando de dirección a cada momento, corremos el riesgo de ser empujados al abismo y caer en una profunda depresión.
Por consiguiente aconsejamos que, sin dejar de ser intrépidos en nuestras aventuras personales, tomemos las precauciones oportunas en aras de gozar de la naturaleza y de la vida conservando nuestra piel y la de quienes nos acompañan. Marquemos el límite que estemos dispuestos a no traspasar en beneficio propio y en el de nuestros compañeros de viaje.
Feliz aventura.

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