viernes, 22 de julio de 2011

La sirena sin rostro.


Querida sirena sin rostro: contemplo tu figura reposando a la orilla del mar de mis sueños.
Descansa tu cuerpo: mitad mujer, mitad pez, con torso femenino y cola de yubarta.
Aguardas tranquila mientras bosquejo tu cara en mi mente.
Me miras con ojos, que imagino de color azul marino, y me hablas con salada boca cerrada que tanto calla.
Capto tus cantos y encantos que llegan envueltos en la refrescante brisa de la tarde de mi mundo innavegable.
Y sonríes, en la quietud de tu cuerpo, que nada alrededor de mi barco varado en la playa, dispuesta a acompañarme en cualquier ensueño que me atrape.
Amiga sirena, vamos a la mar: navegamos.

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