Esta mañana de domingo, en Castroforte del Baralla, leo, bajo la sombra dulce de la higuera, y veo pasar nubes de algodón inmaculado, como blancas almas, que anuncian tu regreso. Traen en su vientre, vaporizadas, lágrimas de emociones viajeras que ojalá algún día lloren felices e inunden de alegría tu vida.
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