jueves, 23 de agosto de 2012

Mirando al mar.


Te contemplo mirando al mar. Un mar tan inmenso y misterioso como tu alma que quiere volar para sentirse libre. Libre de ataduras morales, de compromisos caducados y de tu propia conciencia. Volar dejándote llevar por la brisa suave que te eleva a cielos puros y transparentes, con nubes de algodón para descansar y dormir profundamente, mientras un cálido viento te transporta a sueños posibles.

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