Arde el amanecer, renace la vida, cada mañana, mirando al Este.
Son las ocho de la mañana de un domingo de otoño, miramos al Este y quedamos asombrados ante un cielo que se incendia para alumbrar un nuevo día.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa