Intentamos mantenernos al margen respetando a los demás.
Y no queriendo opinar, opinamos.
Palabras que nacen de mi garganta preguntan, con una sonrisa, historias de juegos de adultos.
Sin tener en cuenta quién las dice y cómo las dice surge un malentendido.
Y tras la opinión y la respuesta llega la aclaración, la disculpa, el perdón.
Dejamos las cosas claras, desde el principio, evitando dudas.
Salvamos la gran amistad de reproches y recelos.
Comprendemos que se trata de una equivocación.
Y que podemos opinar libremente, sin molestar.
Pues quien desea lo mejor para ti jamás molesta.
¿Aclarado?
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