Hubo otros encuentros previos, como de tanteo, donde sentimos, creo, el chispazo de nuestras miradas.
Desde entonces, fieles a nuestra cita, hemos compartido mucho más que unos minutos en compañía. Nos hemos regalado lo mejor que llevamos dentro: el cariño, las ilusiones y los sentimientos que, sin saber por qué, nacen de nuestros corazones. Salvo un par de pequeños malentendidos, ¿recuerdas?, nuestras conversaciones, miradas y silencios han llenado y desbordado todas las expectativas.
Nos sentimos muy a gusto juntos en cualquier momento y en cualquier situación. Sintonizamos y estamos conectados en la distancia a través de no sabemos qué hilo mágico.
La vida nos ha traído hasta aquí y nos sentimos felices de este hallazgo mutuo y maravilloso.
Hemos creado una preciosa amistad, cómplice, un poco loca y enamorada. Ojalá consigamos mantenerla de por vida.
Encontraremos otros espacios y otros tiempos para seguir mirándonos a los ojos con la misma intensidad del primer día.
2 comentarios:
Sin ti no será lo mismo, pero créeme estarás de cualquier manera.
Cómo me gusta mirar a través de tus ojos siempre acompañados de palabras...
cuánto expresas en tan poco!
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