Se apaga el día y se incendia la
noche. Un guion conocido y dos personajes poniéndolo en práctica. Juegos
inicialmente verticales, paralelos, caen horizontales y buscan la
perpendicularidad. Horas que avanzan lentamente deprisa y sin pausa hasta el
amanecer. Con las primeras luces, o resplandores, se enciende la mañana y llega
la hora de dormir.
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