¿En qué momento comienzas a
fijarte en una mujer que hasta entonces había pasado desapercibida? Quién sabe,
pero ese momento llega y te das cuenta de su evolución desde el primer día que
la conociste hasta hoy. Aprecias su belleza, su mirada limpia y potente, su
elegancia, su saber estar, su educación, su chispa de picardía, sus
sentimientos contenidos, su feminidad, su inteligencia, su bondad... y aprendes
a quererla con respeto y admiración, con simpatía, con naturalidad, con
cercanía, con amistad y... con mucho más.
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