Siempre he accedido a ti por la
puerta de atrás. Más discreta, menos expuesta a miradas y con mayor encanto.
Entrada directa al patio y de ahí al alma de la casa: la cocina. Dejemos la
entrada principal para otros ilustres invitados que nunca podrán sentir las
domésticas sensaciones que genera entrar por la puerta de atrás.
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