Un continuo fluir es la vida, un
río que sigue su curso sin detenerse, a veces con más fuerza y otras
mansamente. Parar un momento, salirnos del cauce y echar la vista atrás,
observar de dónde venimos, contemplar nuestras sombras, tomar aliento y continuar
río abajo buscando, sin prisa, la desembocadura, el desenlace.
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