A partir de los cincuenta hay que
andar con mucho cuidado, comienzas a tomar el control de tu vida y a hacer lo
que realmente quieres, lo que te da la gana. Aprendes a decir que no, a decir
basta, a cortar ataduras, a explorar terrenos vedados, a explotar toda la
munición que llevas dentro. Si cumpliste los cincuenta, ándate con cuidado.
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