Lisa y llanamente: sin rodeos ni circunloquios, con franqueza, sin ambages, con lisura, con sencillez y sin exageraciones. Después de toda una vida queriendo decírselo, le dijo que la amaba y todavía está esperando su respuesta. Sin prisa, con paciencia, en calma y con la ilusión de un niño que todavía cree en sueños imposibles.
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