Llega la noche y se enciende mi sombra buscando la luz de tus sueños. Deambulo por la ciudad tropezando con todo lo que encuentro a mi paso: farolas, palmeras, vehículos bien aparcados y borrachos haciendo eses para esquivarme. Por fin, ya de madrugada, te encuentro y atravieso el muro que nos distancia. Me meto en tu cama y me engancho a tu último sueño, ese que esperabas vivir desde hace tanto tiempo y te tenía atrapada. Y ahora, cuando despiertes, verás que no fue un simple sueño, porque me tendrás a tu lado y ya no seré sombra, sino cuerpo y un trozo de alma.
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