Hemos conseguido aterrizar con suavidad y sin incidencias destacables, pero seguimos sin ver a nuestra compañera o compañero de viaje a pesar de estar a nuestro lado. Marcamos su número telefónico con la esperanza de que atienda nuestra última llamada y sin importarnos haber sido nosotros los que damos el paso e intentamos restablecer la comunicación, no es un síntoma de debilidad más bien de fortaleza de espíritu, y, milagros de la técnica, escuchamos su malhumorada voz, al principio algo distante pero que se acerca poco a poco a nuestro oído para susurrarnos, de nuevo, gratas melodías casi olvidadas. ¿Tienes alguna llamada pendiente?
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
lunes, 28 de febrero de 2011
La última llamada.
Hemos conseguido aterrizar con suavidad y sin incidencias destacables, pero seguimos sin ver a nuestra compañera o compañero de viaje a pesar de estar a nuestro lado. Marcamos su número telefónico con la esperanza de que atienda nuestra última llamada y sin importarnos haber sido nosotros los que damos el paso e intentamos restablecer la comunicación, no es un síntoma de debilidad más bien de fortaleza de espíritu, y, milagros de la técnica, escuchamos su malhumorada voz, al principio algo distante pero que se acerca poco a poco a nuestro oído para susurrarnos, de nuevo, gratas melodías casi olvidadas. ¿Tienes alguna llamada pendiente?
Lo que esconden las palabras.
domingo, 27 de febrero de 2011
Me gustan los escritores que...
viernes, 25 de febrero de 2011
Por qué escribimos.
jueves, 24 de febrero de 2011
Puedo pedir perdón.
Pero no la expresión de tus ojos
Cuando la dices a mis ojos,
Ahora estoy tranquila y en paz
Y, sobre todo,
Reconciliada conmigo.
Tal vez los ojos reflejen
El estado del alma,
Y en ese momento
Mi alma estaba aturdida,
Ahora es ella la que pide perdón
A la chica que asía la botella,
De la que está enamorada,
Y espera encontrarla algún día.
miércoles, 23 de febrero de 2011
Navegación en paralelo.
Tú eres protagonista de tu vida, no pretendas serlo también de la nuestra. El mundo gira inexorablemente en torno a ti, tú eres el centro del universo, de tu universo estelar y maravilloso. Intentas que nos transformemos en satélites y giremos a tu alrededor siguiendo tu órbita, pero nosotros también tenemos vida propia, pensamos de forma autónoma, sentimos en nuestra piel el ruido, la temperatura y la luz que nos rodea, deseamos alcanzar las pequeñas metas que nos fijamos a cada momento, por eso vamos a nuestro ritmo intentando navegar en paralelo a tu estela y evitar el choque contigo.
En ocasiones irrumpes en nuestro espacio, o tal vez nosotros cortamos tu paso y tu ritmo, y el impacto es inevitable: saltan chispas por el roce de la velocidad de crucero que llevamos y salimos despedidos en direcciones divergentes, desviando el rumbo de nuestra navegación y de nuestros destinos.
Pasado un tiempo nuestras naves, recompuestas, vuelven a encontrarse unos "segundos luz" más adelante gracias al magnetismo incomprensible que las atrae y continuamos, avanzando a la misma velocidad, intercambiando mensajes cifrados y buenos deseos de fantásticos descubrimientos. Nos asomamos a la escotilla y admiramos el azul oscuro de la estratosfera y los destellos de las estrellas que celebran nuestro avance, otra vez juntos hacia el infinito, en nuestras naves que se desplazan por líneas paralelas y nos mantienen unidos y separados a un tiempo, mientras surcamos nuestra elíptica órbita alrededor del amor compartido, tan frágil como resistente.
martes, 22 de febrero de 2011
Sólo nos queda el silencio.
Enmudecemos porque ya no tenemos nada más que decirnos, nada que compartir, nada que discutir, nada que vivir juntos, ahora y mañana y nunca.
El agradable y tranquilo sonido del silencio nos permite prestar atención al ritmo de nuestros corazones, que ya laten por separado, dispuestos a sincronizarse con otros que marquen el ritmo de otra vida futura y comunicada.
Busquemos aquellos gratos recuerdos, que siempre hubo, como telón de fondo a esta bonita historia de amor con final menos feliz.
¿Nos queda alguna llamada pendiente? Tal vez.
Sin sentido, sin misterio.
lunes, 21 de febrero de 2011
La superación.
Asume los hechos y avanza, la vida te regalará nuevos obstáculos que superar.
Vive como si cada momento fuera insuperable.
Supérate a ti mismo, pero nunca intentes superar a los demás.
Adopta la superación como forma de vida.
Confía en ti mismo, sé que lo superarás.
Ana Simarro, de "ASC Publicidad", para “El Chema y él”.
La huella de tu presencia.
domingo, 20 de febrero de 2011
Amor mutante.
viernes, 18 de febrero de 2011
En la bodega de mi alma.
Bajo la superficie de mi piel, en la profundidad de mi cuerpo maduro y opaco, alejadas del ruido externo de la vida y protegidas de cualquier luz indiscreta que pueda deteriorarlas, reposan elegantes botellas de vidrio verde, en variadas tonalidades, que contienen los vinos más fantásticos que he cosechado a lo largo de mi tiempo de vendimia.
Tintos: potentes, procedentes de los Llanos de la Mancha, aromáticos, profundos y con esencia de roble francés. Rosados: como flores rosa caramelo en primavera, frutales, frescos y jóvenes con influencia mediterránea y recuerdos canarios. Blancos: amarillo pajizo de vendimia tardía con la suave acidez de Galicia y delicado perfume de mar azul cielo.
También alojo, en estantes dorados e iluminadas con velas, botellas vacías que todavía emanan el aroma embriagador de los néctares fermentados que las llenaron y que fueron degustados y saboreados lentamente hasta la extenuación; dan testimonio de un pasado inolvidable y hablan en sus etiquetas de vidas que marcharon pero que permanecen adheridas para siempre en mi recuerdo.
Una botella azul brillante de vino misterioso, por sorpresa y sin remite, llega a la puerta de mi bodega para adentrarse en la oscuridad de mis sueños etílicos y envolverme, con su magia y sus hechizantes taninos, en un viaje apasionante por sabores nunca antes probados. Sensaciones que están a la altura enológica de sus compañeras que reposan tranquilas a la espera de ser despertadas, descorchadas y bebidas, para calmar mi sed de vida.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Bajo la fina lluvia de febrero.
Camino bajo la fina lluvia de febrero, con paso lento y reposado, saboreando el momento de tranquilidad que ofrece el final de la tarde. Destino ninguno, tal vez intentando aislarme dentro de las sensaciones que ofrece esta tarde pasada por agua y escapando de los pensamientos cotidianos de la rutina diaria; volcando mi atención en la piel que recibe las suaves caricias de las gotas de lluvia que humectan mi espíritu y ablandan mi mente. Cruzan a mi paso mujeres y hombres que todavía marchan a paso ligero intentando llegar antes, o no mucho más tarde de la hora prevista, a sus ocupaciones del final del día. El ruido del tráfico no logra acallar el sonido del viento que llega a mis oídos y me trae el canto de las nubes sobrevolando la ciudad. El aroma fresco del césped y de los pinos, que inhalo profundamente, me transporta a paisajes de campo archivados gratamente en mi memoria. Al fondo de la avenida el reflejo de la luz filtrada del Sol en el horizonte marca el crepúsculo de la tarde que dará paso, una vez más, a una tranquila noche de invierno, bajo la fina lluvia de febrero, a la que me acerco despacio confortado con el ambiente que me envuelve y el brillante recuerdo de tu imagen que me acompaña siempre.
martes, 15 de febrero de 2011
Salida del túnel.
Hemos preparado el viaje con antelación suficiente para que no surja ningún imprevisto, pero cuando estamos en la carretera observamos, de repente, una gran nube gris oscura en el horizonte que se nos viene encima y no hay escapatoria posible. De pronto, como en la vida, la luz se apaga y pasamos del día a la noche en un instante, los truenos y relámpagos nos envuelven como sollozos y gemidos de dolor y nuestros limpiaparabrisas no consiguen evacuar las lágrimas que caen del cielo ahora transformado en infierno interior.
La tragedia, la muerte de un ser querido es una gran tormenta en mitad de nuestro camino que oscurece nuestras vidas y nos conduce a un túnel tenebroso y triste que debemos recorrer, ojalá que en compañía, para encontrar de nuevo la luz y el horizonte que acabamos de extraviar.
Hemos vivido esta experiencia con dolor e impotencia y por ello, cuando alguna persona cercana inicia su calvario interior por el mismo motivo u otro equiparable, nos solidarizamos con ella e intentamos, dentro de nuestras humildes posibilidades, ayudarle a que encuentre de nuevo la luz al final del túnel.
El recorrido interior a través del recuerdo de los momentos vividos con la persona que marchó, físicamente, pues permanecerá para siempre en nuestros corazones, nos hiere profundamente y anula los pensamientos corrientes que nos conducen en el día a día.
El cariño, el apoyo sentimental, la compasión y el propio esfuerzo para salir a flote del naufragio posibilitarán retornar de nuevo a la vida cotidiana fortalecidos por la experiencia vivida, sufrida, dispuestos a continuar el camino que el destino tiene preparado para cada uno de nosotros.
Ahora queremos celebrar el retorno a la “normalidad” de una persona cercana que, con su esfuerzo y el apoyo solidario de su querido entorno, ha vuelto a la vida transformada, como Ave Fénix, en una nueva mujer fuerte e ilusionada. Brindamos por ella y por quienes la queremos y comprendemos.
lunes, 14 de febrero de 2011
Palabras que vuelan hacia ti.
Permite a mis templadas palabras,
Que de mi pecho parten,
Recorran el trecho que las distancia
De tu inquieto corazón que aguarda
Esperando siempre su llegada.
Buscan rendijas abiertas
Para adentrarse,
Cuando baje la guardia
Que lo protege,
En el hipocentro de tu dormida alma.
Insuflarán el aroma de la nostalgia
Que llega envuelto en dulces recuerdos
De tiempos marchitos que ahora renacen
Con el calor de mi invierno que portan
Y la fértil sonrisa de tu enamorada mirada.
sábado, 12 de febrero de 2011
¿Qué puedo contar?
Puedo contar, ahora,
Que sin ti no tiene sentido todo lo que escribo,
Porque si escribo es para ti,
Para que me conozcas cada día un poco más,
Para que comprendas que:
Todo lo que cuento es pensando en ti.
Tú marcas el ritmo y el contenido de mis palabras,
Tú condicionas, con tu lectura activa,
La respuesta a las preguntas y dudas
Que haces sobre mí.
Yo intento aclarar tus dudas,
Responder a tus preguntas
Y provocar otras nuevas.
Pues, cuando todo sobre mí esté esclarecido,
No tendrá sentido que continúes
Interesándote por mí
Y la lectura habrá terminado, para siempre,
Derrotando a la escritura.
Yo escribo y tú lees,
¿Quién se agotará primero?
viernes, 11 de febrero de 2011
Amistad: concepto, dudas y certezas.
martes, 8 de febrero de 2011
Todo cuanto lees nos conmueve.
lunes, 7 de febrero de 2011
Ya no necesito soñar para estar contigo.
domingo, 6 de febrero de 2011
Acordándome de ti.
He pasado el tiempo, sin fin,
Acordándome de ti.
Voy soñando, de nuevo,
Una nueva historia triste,
Pero con final feliz.
Vuelvo, regreso a mí,
No he pasado el tiempo
Sin acordarme de ti.
Voy despertando, de nuevo,
De una vieja historia feliz,
Pero con final triste, sin ti y sin mí.
sábado, 5 de febrero de 2011
Nostálgico paseo por el recuerdo en la ciudad de La Coruña.
Regreso, una vez más, como espero hacerlo en mi último viaje de despedida convertido en ceniza gris tormenta, a mi ciudad-península: La Coruña.
Desde la lejanía, entrando por la carretera que llega de Castilla observaba y sentía ya la nube gris, húmeda y uniforme, que nos envuelve en los días tristes de fina lluvia y densa bruma; en esos días que, mirando al horizonte, no distingues el cielo del mar y sólo observas una cortina cenicienta donde el cielo se intuye por el vuelo y el canto de las gaviotas que, anunciadoras de tu destino, cruzan de Orzán a los Cantones envolviendo a la ciudad con su característico sonido acompasado.
Ciudad de Cristal porque, en los días o momentos en que el Atlántico lo permite, el sol brilla con un halo mágico y transparente y nos devuelve la ilusión y la esperanza en un presente inmediato, cálido y luminoso.
Ciudad donde nadie es forastero. Ciudad portuaria que acoge a toda las almas sin preguntarles su origen, su condición, ni su destino.
Sabes que yo no nací aquí por primera vez (nacemos en cada momento en el que nos sentimos vivos de felicidad o muertos de tristeza, el resto del tiempo transitamos de un lugar común a otro), venía de La Mancha, otro océano de tierra parda sin horizontes limitados; pero volví a nacer en tus empedradas calles y en tus frías playas; porque sufrimos un nacimiento físico en el lugar donde tu madre decide, aliada con la naturaleza, acompañarte en el desembarco a este mundo en principio hostil; pero también nacemos cuando somos conscientes de nuestra existencia, y en ese momento el destino elige la ciudad idónea con nuestro carácter y nuestros sentimientos.
Aquí llegaba por primera vez con la nostalgia de mis seres queridos, por la pérdida de Javier, que trágicamente partió en busca de: “un cielo nuevo y una tierra nueva porque la primera tierra y el primer cielo desaparecieron” para él y se nublaron para nosotros; y la incertidumbre del territorio comanche que representaba el ejército de la España postfranquista de 1980.
Mi cuerpo y mi alma, acostumbrados al aislamiento interior, (de niño, cuando la enfermedad prefirió dejarme vivir, vagaba por los pasillos de casa con la cartera repleta de trastos personales indiferente a todo lo que me rodeaba, encerrado en mi mundo imaginado; hasta la adolescencia en que la muerte nos dejó escapar de un accidente de tráfico camino de La Marina) iban a superar otra prueba de resistencia psicológica; otros no lo lograron y el suicidio se los llevó por delante, eran baratos para la Madre Patria que tanto los amaba.
En Santo Domingo nos alojaron a pensión completa con salario de mil y poco pesetas, nos cortaron el pelo y las alas de libertad que habían crecido en la Universidad manifestándonos a favor de la democracia, en contra de las injusticias y de otras causas perdidas, era el momento, era la Transición.
El Caudillo nos recordaba en su “Testamento Político”, visible en lugar destacado del cuartel, y después de cinco años de su muerte que alivió a muchos y entristeció al resto, el amor debido a la Patria y a los valores del Nacional-Catolicismo. Al año siguiente, un 23F, Tejero montaría su berlanguiano espectáculo circense en el gran teatro de la política española.
Los atentados de ETA (con algún etarra infiltrado entre nosotros) y de los “Nacionalistas Galegos” le daban un toque de aventura a nuestra labor en las guardias de cetme, litera y calimocho.
Maniobras orquestales en la playa de Covas (simulábamos el ruido de las ametralladoras golpeado las cajas vacías de munición) y en Piedrafita dando apoyo logístico a la Brigada Paracaidista.
La ciudad, sede de la Capitanía General de la VIII Región Militar (luego llegarían las Autonomías), era un gran cuartel con la Policía Militar pisándonos los talones, dispuesta a amargarnos los momentos de desintoxicación cuartelera. El trabajo creativo y conciliador de su insigne alcalde D. Francisco Vázquez se manifestaba día a día y anticipaba la transformación en una gran ciudad, moderna, cultural y de la moda.
Trabajo en tareas administrativas, juzgado y reclutamiento, en la Maestranza de Artillería (hoy sede del Rectorado de la Universidad), con vistas al mar y al dique que separaba nuestro arresto militar del vuelo de las gaviotas, que todas las mañanas acudían alegres a recibir los chuscos del desayuno que, condescendientes, les arrojábamos. Tan sólo el almuerzo de mediodía pasaba con nota alta los cánones gastronómicos elementales.
Pronto surgió, como en la cárcel, el grupo afín que te apoya en momentos delicados para defenderte de otros lobos humanos dispuestos a sobrevivir a costa de cualquier cordero despistado.
La Literatura sirvió de nexo de unión de jóvenes inquietos: Facundo, Bernabé, Nacho, Manrique y algún otro que no recuerdo, que buscaban en los libros la libertad que la disciplina militar nos robaba: Hesse, Kafka, Nietzsche, Mann, Camus, Sartre, nos ayudaban a soñar en las noches de guardia y en las tardes perdidas en escondites secretos. La tertulia, el ejercicio físico para mantener el tono muscular y los poemas, que salían de nuestras almas inquietas y compartíamos en el grupo, nos permitían mantener una cierta dignidad, protegidos y amparados por el sexagenario comandante Casal que anteponía la cultura y la charla inteligente, envuelto en humo holandés de su pipa, a la ortodoxia militar. La Voz de Galicia nos mantenía informados y nos transmitía el alma y la cultura gallega, que quedó grabada con sangre indeleble en nuestros cerebelos.
En cuantas ocasiones recorrimos juntos la Calle de los Vinos; nos despojábamos de la indumentaria verde en el Brisas (magistral el bocadillo de tortilla de patatas con pimientos), y de civiles camuflados iniciábamos el itinerario perfecto: En la Bombilla con el pincho de tortilla, las cerillas del Cerillas, la choupa en A Roda, los tigres en cualquier sitio, con tazas de Ribeiro y la Estrella de Galicia; rematábamos la tarde con vino dulce del Priorato en la Bodega y "carajillo quemao" en La Barra, junto al Teatro Rosalía de Castro. Otras drogas de mayor calibre: Porros, anfetas, tripis y caballo circulaban por las taquillas y por las venas cuando Galicia era la puerta de entrada a Europa y a la Muerte; regresábamos al cuartel atravesando el Barrio Chino en perfectas condiciones de revista.
Ciudad romántica con rincones emblemáticos: El castillo de San Antón, la Dársena de La Marina, La Torre de Hércules, la Plaza de María Pita, la tumba de Sir Jhon Moore, en el jardín de San Carlos, iglesias y conventos, palacios, Riazor, Orzán, el puerto… siempre con el mar al alcance de mis ojos y la brisa calándome el corazón recordando a la "dulce musa" que inspiraba mis sueños de amor en días y noches de gris desilusión.
Sabes que regreso siempre a ti buscando la calma que reconforte mi espíritu y despeje mi mente bajo la lluvia fina que me regalas, mientras deambulo por tus calles mágicas, atrapado en el recuerdo y encerrado en mi presente.
Marcho, pero prometo volver, para siempre.
jueves, 3 de febrero de 2011
Luz del mar.
Mar azul cielo, tus sueños
Mágico dorado, tu cabello
Rosa flor, tus labios de caramelo
Nieve blanca cálida, tu suave piel
Sonrisa pícara, dulce como la miel
Voz firme y delicada que enternece
Porte seguro y ligero, me estremece.
Parque de Santa Margarita.
La Coruña